Ayer tuve una reunión en una zona de Montevideo que no conozco (lo cual no es de extrañar, ya que soy notoriamente malo ubicandome). Decidí guiarme por el GPS del iPhone. La verdad es que le quitó toda la gracia al viaje. Todo el esfuerzo que hace la IMM para que yo me pierda, tirado a la basura. Los inexistentes carteles de las calles, los que están mal iluminados, las calles que llegan a una esquina y no sabes para que lado siguen, los nuevos carteles luminosos en blanco sobre fondo rosa, con fuente tamaño 8, todo eso al santo botón, por culpa de ese ínfimo dispositivo.
Por suerte aún quedan los lomos de burro despintados y sin señalizar, taxis con una sola luz, y unos cuantos pozos estratégicamente ubicados para darle algo de adrenalina al viaje.


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