En la edicion del 14 de agosto, The Economist dedica varias páginas al «turismo médico». Con las diferencias de costos entre EEUU en records historicos, cada vez más pacientes están yendo a operarse a Mexico, Costa Rica, la India o Singapur. Las diferencias de precio son impresionantes. Una cirugía de rodilla que cuesta U$S 12.000 en EEUU, cuesta apenas U$S 1.800 afuera. La diferencia es suficiente para pagar los pasajes y el hotel, más una buenas vacaciones y todavía ahorrar. El ratio es de aproximadamente 7:1 en la mayor parte de los procedimientos.
Las diferencias de calidad se achicaron mucho. De hecho, las clínicas especializadas en atender «turistas médicos» tienen un nivel de calidad muy superior a la media de los hospitales de EEUU (y ni hablar de la hotelería).
Hay un nuevo factor que está ayudando a ese crecimiento explosivo: las aseguradoras y las empresas que dan atención médica como parte del paquete salarial lo están impulsando. Varias aseguradoras americanas le ofrecen al paciente eximirlo del «co-pago» si aceptan operarse afuera.
Para países como Argentina o Uruguay, donde la cantidad de médicos es enorme, la oportunidad puede ser impresionante. Se requiere mucha inversión en hospitales y equipamiento, pero la industria es enorme (lo proyectan en 21 billones para el 2012). La clínica Mayo y el Joh Hopkins ya están abriendo sucursales afuera.
El tema es como posicionarse: por qué un paciente va a preferir operarse en Uruguay en vez de, por ejemplo, Costa Rica. Lo hicimos bien con el software. Tal vez sea hora de que lo hagamos con la medicina.