Siguiendo el post de Sergio, y los comentarios de @fvidiella, aqui va mi propuesta.
Lo que Uruguay deberia hacer en tema telecomunicaciones es simplemente apretar el boton de reset.
Venimos arrastrando estructuras, leyes, organizaciones que se originaron cuando el mundo de las telecomunicaciones era MUY diferente al actual, y con total razon cada una de las partes tiende a mantener sus derechos (algunos adquiridos en buena ley, otros simplemente adquiridos).
Creo que hoy estan dadas las condiciones para replantearse muchas cosas, y rediseñar el mapa de tal manera que nadie (o algunos pocos) salgan perjudicados (y quizas compensarlos adecuadamente, ya sea otorgandole nuevas licencias a quien pierda alguna, bajandole a Antel la exigencia de pasarle plata al estado, etc)
Si yo fuera el Gobierno, armo una comision de notables (se me ocurren algunos nombres) que trabaje el tema, en dialogo abierto y franco con todos los stakeholders (operadores, clientes, ministerio de economia, URSEC, etc) y rediseñe todo (en realidad este rediseño va a ocurrir, quiera o no el gobierno, Antel, los cableros, etc, entonces asumamoslo y hagamolo como se debe)
Push NOW!
Ok, pero, ¿cómo se baja eso a tierra para el «común mortal» (gobierno, usuarios, gremios, etc)?
A lo que me refiero es
¿Qué es lo que habría que hacer específicamente?
¿Cuáles serían los pasos intermedios? (seamos realistas, nadie que tenga poder de decisión se va a animar a apretar el botón reset así nomás)
Esto me hace acordar al problema con los derechos de autor y la industria discográfica que se iniciaron con Napster y el MP3, y que al día de hoy aun no está resuelto. La tecnología siguió avanzando, y ahora el problema se extendió a toda la industria audiovisual.
Creo que está demostrado que al avance tecnológico no lo para nadie. Es un tsunami que arrasa con todo lo que venga. Así que más vale tener un buen salvavidas a mano.
Como decían Los Olimareños, «si no los despeina el viento, los va a despeinar la historia».
Creo que los stakeholders (incluyendo a los sindicatos, que soy una corporación fuerte que mete mucha presión en esto) tienen que cambiar de paradigna y cambiar la cabeza para dejar de ver esto como una amenaza y tratar de descubrir la oportunidad.
Y… si eliminamos cargos públicos, se deberían crear más empleos privados, más empresas y eso da lugar a que los sindicatos se reduzcan.
Es todo una cadena. El botón de Reset a veces puede ser muy complicado de apretar, porque un país como el nuestro parece un sistema de suma cero, si sumás por un lado, se quejan de otro que le están quitando.
Suerte que no soy gobernante! Sino del estrés de pensar todo eso se me caería el poco pelo que me queda.
Bueno, utópico, relizable si hay ganas, pero muy sacrificado, difícil y con un alto costo político….mmm…it is hard the pig will whistle.
No podría estar más de acuerdo.
Las telecomunicaciones están en pleno auge y por eso el mercado pertinente tiene que estar en plena actualización.
Para ello es más que importante lo que ustedes mencionan, si bien Uruguay es pionero y un «adelantado»frente a Lationamérica en este rubro, es fundamental cambiar con los tiempos que corren para seguir marcando el paso.
Y… macrocambio mediante y poniendo a A.N.TEL. a cotizar en la bolsa y a S.U.TEL. con la propiedad del 10 o 15% de las acciones , la «presión» sería otra y la cabeza estaría mas proclive a las transformciones necesarias desde el punto de vista tecnológico y estratégico.
Pavada de dedo para ese botón de reset….
Ya que dicen que es tan importante ahorrar palabras al escribir, por que no lo escribís así: Lo que Uruguay deberia hacer es simplemente apretar el boton de reset.
Me vienen a la cabeza la delincuencia y tantos otros problemas, donde leyes vetustas ya no sirven para nada. Pero también me llama la atención la similitud con el trabajo de desarrollador. Cada vez que trabajás con código legado (osea casi siempre) ves que habría que tirar todo y hacerlo de nuevo. Rara vez se puede, no tenés más remedio que tratar de ir desde el punto A al punto B usando sucesivos «refactors». Creo que estoy diciendo con diferentes palabras lo mismo que comentó fvidella.
El tema es que este camino lleva tiempo y trabajo. Yo no siento que nuestros legisladores se vayan a matar laburando y en forma coherente durante 10 años para lograrlo.
A ver si pongo mis 0.02
El problema general se llama «personas». Todos los que queremos que alguna cosa cambie es porque tenemos un incentivo suficientemente grande como para que nos convenga cambiar (Freakonomics I y II).
Pero somos –siempre– una minoría. Las grandes mayorías, en cualquier cambio, cualquiera, perciben un desincentivo, porque tienen que hacer esfuerzos sin percibir beneficios.
En mi opinión, no es sólo en telecomunicaciones que la cosa marcha así, sino en todo terreno. Nuestra sociedad ofrece inmensos incentivos para el no cambio y muy pocos incentivos para el cambio.
Asi que si queremos que algo cambie en el sentido que nosotros queremos, lo que tenemos que encontrar son los incentivos que hay que ofrecerles a aquellos que no perciben en el cambio propuesto ningún beneficio.
Para dar un ejemplo admitidamente estúpido pero gráfico, vinculen directamente el sueldo de los empleados de Antel al ancho de banda (10% de incremento salarial anual por cada mbps extra de ancho de banda conseguido en ese año) y el problema se termina
Existe una comisión que estudia el nuevo marco legal, quizás no está conformada por todas las partes y no tiene técnicos (por ejemplo esta ANDEBU pero no están los anunciantes) pero en la linea de lo que propones y a la vista del tsumani, debería ser un » comité de emergencia «
El botón de rest no podría ser la liberalización total del sector? que a partir del día 1/6/2012 por ejemplo no exista el monopolio.
Que la URSEC (con el comite de sabios que dice Pablo) arme unas reglas del juego básicas (pero muy básicas), y que luego sea el mercado el que ponga a cada uno en su lugar.
Es una boludez lo que estoy diciendo?
Antel tendrá que plantear una estratégia para sobrevivir en un entorno donde cada vez más, ser el dueño del par trenzado de cobre no es una ventaja competitiva.
Si le interesa, podría vender parte de los servicios que tiene, y otra quedarsela…
No se, es demasiado simple. Debe ser una boludez lo que digo… 🙂
Obvio que boludez no es. Sólo que al menos la mitad del país, representada por el gobierno, no quiere la liberalización.
Dicho sea de paso, a la URSEC le sacan en la Ley de Presupuesto cualquier potestad de fijación de políticas, incluidas cualesquiera reglas básicas de juego.
El Sr. al que hay que convencer de que la liberalizaciòn es buena es Gustavo Gómez de Dinatel (que, se supone, representa la opinión del Ejecutivo) que es/será la encargada de fijar cualquier política. Al respecto, sus opiniones pueden leerse en
http://www.elpais.com.uy/100907/pnacio-513604/nacional/reivindica-el-gobierno-ajuste-en-ursec-y-ursea
RIP
He escrito más en extenso sobre este tema siguiendo el post de Fogel sobre «tres respuestas…» pero tomando en cuenta también las opiniones vertidas aquí.
Respecto al ya famoso tema de las políticas, el Poder Ejecutivo no le saca a la URSEC las potestades de diseñar y definir políticas. Nunca las tuvo, ni cuando la creó Jorge Batlle por ley en 2001.
Para profundizar en este aspecto pueden leer un artículo en: http://www.miem.gub.uy/portal/hgxpp001?5,11,549,O,S,0,PAG;CONC;485;2;D;6032;1;PAG;MNU;E;30;9;MNU;,
Las telecomunicaciones, comienzan en la primera mitad del siglo XIX con el telégrafo eléctrico, que permitió el enviar mensajes cuyo contenido eran letras y números. A esta invención se le hicieron dos notables mejorías: la adición, por parte de Charles Wheatstone, de una cinta perforada para poder recibir mensajes sin que un operador estuviera presente, y la capacidad de enviar varios mensajes por la misma línea, que luego se llamó telégrafo múltiple, añadida por Emile Baudot.
Más tarde se desarrolló el teléfono, con el que fue posible comunicarse utilizando la voz, y posteriormente, la revolución de la comunicación inalámbrica: las ondas de radio.
A principios del siglo XX aparece el teletipo que, utilizando el código Baudot, permitía enviar texto en algo parecido a una máquina de escribir y también recibir texto, que era impreso por tipos movidos por relés. El término telecomunicación fue definido por primera vez en la reunión conjunta de la XIII Conferencia de la UTI (Unión Telegráfica Internacional) y la III de la URI (Unión Radiotelegráfica Internacional) que se inició en Madrid el día 3 de septiembre de 1932. La definición entonces aprobada del término fue: «Telecomunicación es toda transmisión, emisión o recepción, de signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o informaciones de cualquier naturaleza por hilo, radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos».
El siguiente artefacto revolucionario en las telecomunicaciones fue el módem que hizo posible la transmisión de datos entre computadoras y otros dispositivos. En los años 60 comienza a ser utilizada la telecomunicación en el campo de la informática con el uso de satélites de comunicación y las redes de conmutación de paquetes. La década siguiente se caracterizó por la aparición de las redes de computadoras y los protocolos y arquitecturas que servirían de base para las telecomunicaciones modernas (en estos años aparece la ARPANET, que dio origen a la Internet). También en estos años comienza el auge de la normalización de las redes de datos: el CCITT trabaja en la normalización de las redes de conmutación de circuitos y de conmutación de paquetes y la Organización Internacional para la Estandarización crea el modelo OSI. A finales de los años setenta aparecen las redes de área local o LAN.
En los años 1980, cuando los ordenadores personales se volvieron populares, aparecen las redes digitales. En la última década del siglo XX aparece Internet, que se expandió enormemente, ayudada por la expansión de la fibra óptica; y a principios del siglo XXI se están viviendo los comienzos de la interconexión total a la que convergen las telecomunicaciones, a través de todo tipo de dispositivos que son cada vez más rápidos, más compactos, más poderosos y multifuncionales, y también de nuevas tecnologías de comunicación inalámbrica como las redes inalámbricas.