Me fascina siempre la innovación ingeniosa, esa que requiere de un momento de inspiración, idealmente en la ducha, y de la que después nos preguntamos «como a nadie se le ocurrió antes». Por eso me encactó una que leí recientemente.
Los barcos de guerra requieren enormes antenas. Las antenas son pesadas, caras, y hacen a barco muy visible al radar. Para peor, los barcos requieren muchas antenas, de distintos tamaños, para transmitir y recibir en diferentes frecuencias y direcciones. Un ingeniero estaba en la ducha, pensando como se podían achicar esas antenas. Las antenas son en general de cobre, pero sirve cualquier conductor, hasta el agua que sale de la ducha, si fuera salada. Eureka! «Que tal si hacemos antenas de agua de mar?» se preguntó. Se fue enseguida a una ferretería, gastó unos pocos pesos (U$S 115), y al rato tenía una antena funcionando.
Se estan haciendo experimentos, en base a antenas formadas por chorros de agua salada. El tamaño de la «antena» se puede variar con facilidad, y cuando no se usa, se apaga.
En la ferretería aún se preguntan quien era ese loco desnudo y enjabonado que entró gritando «Eureka».
Realmente, uma grande idéia.
Pode ser ampliada para outros usos e aplicações.
Por exemplo. baleias agora podem ter internet a rádio.
Brincadeirinha….
abs
Realmente magnífica.
Se les debe de complicar un poco para hacer antenas direccionales o con polarización horizontal. Ni hablar de utilizarlas cuando hay viento (que en el mar es casi siempre). En fin, no me parece una idea tan buena como para salir corriendo desnudo y mojado a la ferretería. Sobre todo si fue en esta época del año, en el hemisferio norte.
Yo tengo una idea que me parece que está buena. Quiero creer que se le ocurrió a alguien más, pero la desecho por alguna buena razón.
¿Se dieron cuenta de los impactos que ocurren cuando al aterrizar un avión, tocan las ruedas quietas en el pavimento?.
Siempre me pareció obvio que deberían hacer girar las ruedas con el mismo viento que produce el desplazamiento del avión simplemente agregando pequeñas superficies aerodinámicas en las llantas, o incluso en las mismas cubiertas. Podría incluso hacerse un sistema que, valiéndose de los frenos, iguale la velocidad de las ruedas a la del avión.
De esta forma, las ruedas y la pista sufrirían menos esfuerzo, y el tren de aterrizaje también.
Suena buena, aunque es muy probable que a alguien se le ocurrio.
A mi una vez se me ocurrió una plataforma que se mueve a la misma velocidad que el avión, así evita el impacto.