Es difícil entender nada en Venezuela, pero para entender lo que está pasando allí, un buen lugar para comenzar es con el precio de la nafta (gasolina).
El precio del litro de nafta en una estación normal es de 9.7 centavos de bolívar fuerte. Al momento de escribir esto, eso equivale a 1.53 centavos de dólar al precio oficial, y a 0.013 centavos al tipo de cambio paralelo, que es el único que realmente está disponible.
Leyó bien: algo más de 1 centésimo de centavo de dólar por litro. En otras palabras, con un dólar se compran 8300 litros de nafta. Pongámoslo en pesos uruguayos: con un peso uruguayo alcanza para llenar 7 tanques de 40 litros. Esencialmente cero.
Imaginemos los uruguayos que la nafta en Argentina cuesta USD 0.00013. El litoral uruguayo se dedicaría a una sola actividad: contrabandear nafta, y el otro lado de la frontera a vendérnosla. Eso es lo que sucede hoy en las fronteras de Venezuela con Colombia y con Guyana. Dicen que el contrabando es tan rentable que desplazó al tráfico de droga. Esa es la razón detrás del cierre de la frontera con Colombia: el gobierno Venezolano está de hecho regalando nafta no sólo a los ciudadanos venezolanos, sino también a los contrabandistas. Por supuesto que esto no sólo pasa con la nafta, sino también con todos los productos subsidiados, que son miles (la diferencia entre el dólar oficial a 6.40 y el negro a 800 es atroz). Como medida paliativa, el gobierno empezó a vender nafta en las fronteras a 83 bolívares. O sea, la nafta en Caracas vale 0.097 y en la frontera 83 BsF, 800 veces más cara.
Hasta aquí fue todo datos. Pasemos a lo subjetivo.
Primero que nada, no tiene ningún sentido vender combustible a ese precio. Incluso si tomáramos el dólar al valor oficial, están vendiendo nafta a menos del costo de refinación (unos 4 centavos en EEUU). Venezuela consume unos 800.000 barriles de combustible por día. Si en vez de regalarlos, los vendiera al precio del crudo, tendría un ingreso adicional de 11.000 millones de dólares (si los vendiera al precio de Ancap, serían casi 100.000 millones, pero esa es otra historia).
A mi juicio, regalar la nafta no sólo es ilógico, sino inmoral. Se genera contaminación innecesaria, y además se subsidia a quienes tienen auto. Sería preferible regalarle a cada venezolano los billetes que le corresponden, y poner el precio a lo que debe ser: al menos el costo del petróleo, más el costo de refinar y distribuir, más el costo implícito de la polución.
El segundo tema es la «guerra económica». El gobierno venezolano (y algunos compatriotas) acusan a algunas fuerzas misteriosas de «acaparar» productos para que escaseen y que el consumidor venezolano derroque al gobierno. Si el problema fuera el acaparamiento (se dice así?), en algún lugar de Venezuela habría un gigantesco depósito de productos de todo tipo. El problema es otro. Con el dólar negro valiendo 100 veces más que el oficial, los productos desaparecen de la estantería a la velocidad de la luz para cruzar la frontera.
Venezuela da para hablar mucho más. Al ritmo que van, al síndrome holandés pronto de agregará el síndrome venezolano.
Deja una respuesta