Con el tema de Venezuela, surge todo el tiempo la acusación de injerencias en los asuntos internos del país.
En la escuela nos enseñaron que un país no debe intervenir en los asuntos internos de otro, pero la pregunta es en qué punto pasa a ser válido hacerlo.
La analogía que me parece más válida es la de un hogar. Si mi vecino quiere pintar su casa de naranja, apagar todas las luces a las 8pm, o decidir que en su casa se come vegano, allá él. A la sociedad podrá no gustarle, pero es una cuestión interna de su hogar. Ahora bien, si mi vecino le pega a la mujer, encierra a sus hijos en el dormitorio, o los tiene pasando frío en el invierno, la sociedad tiene el derecho y la obligación de intervenir.
Cuando en Venezuela, pese a su exceso de democracia, se meten presos opositores en base a testimonios basados en mensajes subliminales, o se castiga a una jueza porque su dictamen no fue del agrado del presidente, intervenir no es el derecho de la comunidad internacional. Es su obligación.
el problema es que el concepto de soberania, que es el que rige esas reglas de intervencion, es originaria en la edad media, cuando existia el poder casi absoluto de una persona/familia.
en 2015, el derecho individual deberia tener prioridad, pero por motivos diversos, en la mayoria de los casos , aun la soberania prima.
las luchas en este mundo han sido, no de izquerda o derecha, clases o etc. han sido y continuaran a serlo, entre los que quieren libertad y los que quieren la falta de la misma.
en algun punto del tiempo, la onu, empujada por los estados mas democraticos, deberian criar reglas minimas de respeto a los derechos humanos para lo miembros bajo el riesgo de ser excluidos.
por el momento, utopia, pero la globalizacion empuja para ese lado inevitablemente.