Cada vez que uno habla contra el monopolio, surge siempre la misma línea de defensa: hay que mantener el monopoliio porque es el que sustenta el servicio universal.
Eso es un mito. En la realidad, ni los monopolios dan un verdadero servicio universal cuando no les es rentable, ni es cierto que los competidores descuiden a las zonas alejadas. Algunos ejemplos: las telefónicas estatales en general no dieron servicio telefónico en zonas remotas hasta que apareció la telefonía inalámbrica. Y de Internet ni hablar.
Por otro lado, las empresas en competencia dan mucha más cobertura de lo que uno pensaría a priori. Los motivos son varios: los costos en general son más bajos de lo que parece, los clientes en zonas remotas son en general muy rentables, y además el hecho de tener cobertura nacional es un diferenciador competitivo importante.
Eso cuando hablamos de cobertura en zonas remotas. Cuando hablamos de dar servicio a clientes de bajos recursos, la realidad es que las empresas monopólicas han sido siempre notorias en dejarlos afuera, mientras que en situación de competencia, el deseo de lograr market share hace hace que lleguen a todo el mundo. Me acuerdo especialmente de cuando CTI repartió celulares en las villa miserias, a fin de los ’90.
Que no nos metan el perro. Y si alguien habla de servicio universal, lo lógico es recaudar un impuesto, y pagarle al operador que resulte ganador de una licitación por brindar el servicio.